miércoles, 18 de agosto de 2010

Los parques principales de Argentina y Charles Thays


Nacido en Francia con el nombre de Charles Thays, fue discípulo del renombrado arquitecto Édouard-François André.

Actuación profesional en Argentina 
Llegó a Argentina en 1889, recomendado por Jean Alphand ante el empresario inmobiliario Miguel Crisol, quien lo contrató por un año, para el diseño y ejecución de la que sería su primera obra en este país, el magnífico Parque Sarmiento de la ciudad de Córdoba.
Desde entonces participó en la creación, ampliación y remodelación de gran parte de los parques y plazas públicas de todo el país.
No obstante sus trabajos en diferentes provincias del interior argentino, sus principales contribuciones se pueden apreciar en la ciudad de Buenos Aires, donde se radicó a partir de su designación como Director de Parques y Paseos a partir de 1891. Esta posición le permitió influir en forma importante en el diseño de los espacios verdes de la ciudad, legado que al día de hoy aún se puede apreciar.
Una de sus principales obras fue el Jardín Botánico de la ciudad, en donde se puede apreciar la flora de las provincias argentinas y de varios países del mundo, y donde Thays plasmó los tres tipos de diseño paisajístico: Simétrico, Mixto y Pintoresco y con un típico "espíritu" de la Belle Époque.
La obra de Carlos Thays puede apreciarse también en los numerosos árboles plantados a lo largo de las avenidas, así como también en las plazas públicas y paseos que fueron rediseñados por este arquitecto. Entre los principales parques y plazas que Thays creó o remodeló, deben citarse los parques Centenario, Rivadavia, Lezama, Patricios, Barrancas de Belgrano y las plazas Constitución, Congreso y de Mayo. El estilo francés que el arquitecto imprimía a sus obras puede apreciarse en muchos de estos casos (aunque en el diseño de sus jardines predominaba el estilo inglés con algún detalle de jardín romano), y es una de las razones por las cuales se dice que Buenos Aires recuerda a París en muchos sentidos. Sin embargo supo aprovechar la hermosa floresta autóctona de modo que a él se debe que muchas plazas, parques y calles de Buenos Aires estén arboladas con jacarandás, tipas y yuchanes entre otros.
Los Bosques de Palermo fueron una de las más grandes obras encaradas por Thays, ya que cubrían una importante extensión de terreno con miles de árboles y flores, así como varias fuentes y monumentos.
Thays desarrolló su obra en Argentina durante una época en la cual el país estaba creciendo fuertemente, producto de las intensas corrientes inmigratorias provenientes de Italia y España así como de una extraordinaria prosperidad económica que le dieron a la Argentina cierta apariencia de "ínsula europea en América del Sur". Se ha dicho que de no haber sido por la insistencia del arquitecto en mantener un elevado nivel en el diseño de plazas y paseos, muchos de los espacios públicos de la ciudad no serían lo que representan hoy.
Si bien Thays realizó sus principales actividades en Buenos Aires, a través de los años no se privó de encarar varios proyectos cívicos en otras ciudades y lugares de Argentina (remodelación del Parque Sarmiento en la ciudad de Córdoba, remodelacion del Parque 20 de Febrero en la ciudad de Salta, creación del Parque 9 de Julio en San Miguel de Tucumán, Parque Independencia en Rosario, Parque General San Martín de la ciudad de Mendoza, Parque Urquiza de la ciudad de Paraná, Parque Sarmiento de la ciudad de Azul (Buenos Aires) y otros paseos en Mar del Plata, así como el proyecto de una ciudad-anfiteatro frente a las cataratas del Iguazú etc.)
Thays también es conocido por sus urbanizaciones con parquización en Uruguay, en donde se destacan el barrio de Carrasco (Montevideo), Bulevar Artigas, y la ornamentación de la Plaza Cagancha.  

PARQUE TRES DE FEBRERO   DE BUENOS AIRES                                                                                                                               
Los bosques de Palermo, oficialmente llamados Parque Tres de Febrero, conforman una zona verde de 25 ha en el barrio de Palermo, en Buenos Aires, Argentina.
Localizados entre las avenidas Casares y Avenida del Libertador, se destacan por sus arboledas, lagos y rosedales, en cuyo diseño participó el arquitecto Carlos Thays.
Una importante cantidad de gente recorre los bosques día a día, ya sea a pie o en bicicleta, y la afluencia se incrementa notablemente en los fines de semana. También se pueden realizar paseos en bote por los tres lagos artificiales que existen en la zona.
Uno de los parques más conocidos es el llamado "El Rosedal" el cual posee un puente blanco que una vez cruzado este se pueden ver los rosales que dan nombre al parque. En este parque se desarrollan muchas actividades lúdicas el día del estudiante (el 21 de septiembre) al igual que en los otros parques que componen la zona Parque Tres de Febrero.
En esta parte de la ciudad se encuentra el Planetario, cuya edificación es muy particular, puesto que se trata de una esfera sostenida por tres arcos. En las proyecciones que se llevan a cabo en su interior, se pueden observar los planetas y las estrellas de la galaxia.
También están localizados en esta zona de la ciudad el Jardín Japonés, el Jardín Zoológico y el Jardín Botánico, que terminan en Plaza Italia, el centro del barrio de Palermo, con su tradicional Avenida Santa Fe; además del Jardín de los Poetas, ubicado allí mismo, donde se pueden encontrar imponentes esculturas de famosos escritores como William Shakespeare, Paul Groussac o Alfonsina Storni, entre otros.[1]


PARQUE SARMIENTO DE CORDOBA
[El Parque Sarmiento es un espacio verde parquizado, el más grande de la ciudad de Córdoba, Argentina y uno de los más antiguos de Sudamérica. Está ubicado en el centro geográfico de la ciudad a pocas cuadras del micro-centro en una de las zonas de mayor densidad demográfica. Lleva el nombre en honor a Domingo Faustino Sarmiento, ex presidente de la República Argentina.
El Parque Sarmiento es un pulmón verde enclavado a pocas cuadras del centro de la ciudad. El parque fue planeado a finales del siglo XIX por el arquitecto francés Carlos Thays, siguiendo una perspectiva bellepoquiana, y finalizado en 1911. Hasta mediados de los 1960s le exornaba una joya arquitectónica: el gran Pabellón de las Industrias, gran edificio casi íntegramente construido, a mediados de los 1870s, con elaborada ebanistería y elementos férreos de la arquitectura industrial estilo Art Nouveau para la Primera Exposición Industrial Argentina. Luego, hacia el noroeste del parque está el "Anfiteatro Griego", que actualmente está en proceso de refacción y ya se encuentra en funcionamiento parcial.
En el sector norte, sobre la avenida Lugones se encuentran el Jardín Zoológico de Córdoba e instituciones importantes como el Museo Caraffa y el Museo de Ciencias Naturales. También hay rosedales finamente cuidados con fuentes de agua. En el anfiteatro (el Teatro Griego) se realizan espectáculos públicos al aire libre, así como en la calle principal (Deodoro Roca) desfilan anualmente los corsos del carnaval.
En el sector sur se encuentra la laguna artificial de poca profundidad, tiene dos islas y se puede navegar con botes de alquiler. En ella puede observarse algunas aves, como los patos, que viven naturalmente.

PARQUE INDEPENDENCIA DE ROSARIO
Se encuentra en el centro geográfico de la urbe, delimitado por calle Moreno y tres importantes avenidas: Avenida Pellegrini, Avenida Ovidio Lagos, y Boulevard 27 de Febrero. Tiene 1,26 km² e incluye:
·        El Rosedal, de 1915, con abundantes especies de rosas, y esculturas y fuentes.
·        La Fuente de Cerámica más grande del mundo, donada por la comunidad de España, en 1936.
·        El Jardín Francés, de 1942, con muchos arreglos florales, y una gran fuente de mármol.
·        El Calendario, donde todas las tardes desde 1946, los jardineros rearreglan las flores para mostrar la fecha escrita con setos en el terreno.
·        Un área reservada para eventos, inicialmente para exposiciones de ganadería, y luego ampliada a la industria y el comercio.
·        El Hipódromo de Rosario del Jockey Club.
·        El Museo de la Ciudad de Rosario, abierto en 1902, pero como "Escuela de Aprendices Jardineros".
·        El Estadio Municipal Jorge Newbery, de 1925, el primer club estatal público de Argentina.
·        El Museo Municipal de Bellas Artes Juan B. Castagnino, abierto en 1937.
·        El Museo Histórico Provincial Dr. Julio Marc, de 1939.
·        El Jardín de los Niños, un área de 3,5 ha con divertimientos y facilidades educacionales (ex Zoológico Municipal).
El Parque alberga a tres clubes deportivos:
·        Club Atlético Provincial 
El Parque de la Independencia fue el primer parque de la ciudad. Su origen se vincula a cuatro plazas públicas en la intersección de dos nuevos amplios bulevards, el "Bv. Santafesino" y el "Bv. Argentino" (actuales Bv. Oroño y Av. Pellegrini). Las cuatro plazas se llamaban "Independencia".
En 1900, el gobierno provincial autorizó a la municipalidad, presidida por el intendente Luis Lamas, a expropiar las tierras para crear un nuevo parque. En 1901 la municipalidad compra las avenidas internas y las calles, un lago artificial y, con la tierra extraída del lago, una pequeña colina artificial (aún llamada La Montañita). Ese año, conmemorando el 1er. Festival del Árbol que tuvo lugar, se plantaron 6.000 ejemplares por estudiantes en el parque, inaugurándose el 1 de enero de 1902.

Algunas vistas interesantes del Parque 9 de Julio






LOS PARQUES URBANOS DEL SIGLO XIX EN MONTRÉAL Y BARCELONA

Montréal y Barcelona participan durante el siglo XIX del modelo de urbanización que reclama la creación de espacios urbanos en los que destaque el componente natural como una de las soluciones para la mejora de la ciudad degrada que surge del proceso de industrialización. La creación de paseos arbolados, jardines públicos, jardines privados, parques urbanos muestran la necesidad que la ciudad decimonónica tiene de nuevos espacios públicos en los que el entorno debe ser natural. Esta concepción de la naturaleza urbanizada o de ciudad naturalizada adquiere una gran fuerza, y será reivindicada desde muchas posiciones. Aún hoy la fuerza de esta opción supone un problema para aquellos arquitectos o urbanistas que diseñan espacios públicos con nuevos materiales y nuevos conceptos entre los que no aparece el entorno natural. Es el caso de la discusión entre los partidarios de la plazas duras y la plazas blandas, que ocupó la calle durante un buen tiempo y que ha sido de mucha importancia en Barcelona. Pretendemos analizar comparativamente ahora como se plasma en dos ciudades como Barcelona y Montréal, cada una perteneciente a un entorno diferente, los proyectos para la creación de los parques urbanos.
La introducción de la naturaleza en las ciudades es un fenómeno que se da en el mismo momento en la mayor parte de las grandes ciudades de Europa y América del Norte. Todas la ciudades que se precien desarrollaran algun proyecto público o privado en el que la naturaleza urbana aparecerá como parte integrante del nuevo espacio urbano. Esto se debe a dos factores originales: los procesos de industrialización imponen unas transformaciones a las ciudades que crearán nuevos problemas urbanos y sociales y reclamará nuevas ideas para solucionarlos; por otra parte el prestigio adquirido por la naturaleza, que asume una valoración positiva y a la que se atribuyen des de el siglo XIX valores pedagógicos, terapéuticos, estéticos,etc.
Barcelona y Montréal son dos ciudades importantes de su entorno durante el siglo XIX. Las dos estan sometidas a las grandes transformaciones sociales y urbanas del capitalismo industrial i comercial decimonónico. Sus poblaciones obreras crecen rápidamente,y las dos ciudades superaran durante el siglo XIX sus límites físicos tradicionales, en Barcelona gracias a la demolición de la murallas que constreñían su crecimiento el año 1956. La clase alta de estas ciudades está compuesta cada vez más por una burguesía de negocios floreciente. Esta burguesía se identifica totalmente con su ciudad y se preocupa de su aspecto.
Así tanto en Barcelona como en Montréal el siglo XIX ve nacer un inusitado interés por la naturaleza en el entorno urbano. Montréal como ciudad de América del norte estaba bajo la influencia de la corriente norteamericana del Park Movement, un movimiento que como un reguero de pólvora promueve la creación de parques urbanos en la mayoría de ciudades norteamericanas. Este movimiento promueve la creación de un gran parque urbano diseñado en estilo en estilo naturalista, es decir, imitando al máximo las formas de la naturaleza tal como venían haciendo los jardineros ingleses des de el siglo XVIII. En muchas de estas ciudades será el arquitecto paisagista más importante del momento, Frederick Law Olmsted, el encargado de diseñar los parques más importantes. Montréal encargará a este personage, destacado entre otros, por ser el creador del Central Park, el diseño del proyecto más importante de la ciudad en lo referente a la política de parques: el Mont Royal. El mismo año en que empieza a funcionar el Mont Royal se crean también en Montréal dos parques urbanos más en propiedades antiguamente militares: el parque de la Île de Sainte Hélène y la ferme Logan, posteriormente La Fontaine.
Por su parte, en Barcelona destaca como el proyecto más importante el parque de la Ciutadella. Este adquiere mayor fuerza a medida que las autoridades públicas se dan cuenta de la dificultad de llevar a cabo el proyecto de ensanche de Cerdà, aprovado el año 1859, en lo que se refiere a los espacios públicos de recreación y higiene. Este parque se inicia con la cesión de los terrenos del anigua edificio militar de la ciudadela y recibe su espaldarazo definitivo con la celebración de la exposicón universal de 1888 en Barcelona, que se celebrerá en los terrenos del parque.
Higienismo y naturaleza y ciudad
La idea de la influencia del hombre sobre el medio que éste habita se empieza a desarrollar durante el s. XVIII por algunes autores de la ilustración. Mediante este concepto explicaban la diversidad cultural y física de la especie humana. Del mismo modo, grupos higienistas y reformistas consideran durante el siglo XIX que el entorno determina las condiciones de vida en las ciudades. Estas, sometidas a las transformaciones de la sociedad industrial imponen a las grandes masas de población obrera unas inhumanas condiciones de vida que contribuyen a su degradación física y moral. Por contra, el contacto con la naturaleza tiene virtudes moralizadoras y higiénicas. Así, el medio natural puede influir positivamente sobre la conducta moral de los ciudadanos, mejorando además su calidad de vida. La naturaleza se presenta como una fuente del recto proceder.
Siguiendo estos razonamientos, en los debates para la creación del Mont Royal, que empiezan ya en la década de los años 60, se exponía la necesidad de dedicar un gran espacio a la función higienizadora moral y física del parque urbano. Olmsted, en un documento en el que defiende ardientemente la creación del parque de Mont Royal expone los siguientes argumentos:
El valor de esta propiedad de la ciudad depende del grado en que sera adaptada para atraer ciudadanos que obtengan las plenas necesidades de ejercicio y una ocupación mental alegre al aire libre, con el resuldo de una mejor salut y buena forma en todo lo que respecta a las pruebas y los deberes de la vida; con el resultado también, necesariamente, de mayores ingresos y contribuyentes capacitados, de manera que al final la inversión sera aprovechable por la ciudad.(1)

También en la creación del parque de la Ciutadella, en Barcelona, se han referido los investigadores a las influencias que los conceptos higienistas tienen para la promoción del parque. Así, en su monografia sobre el parque, Arranz, Grau y López(2)
resaltan que el proyecto del parque de la ciutadella estaba consagrado a la higiene pública y a la difusión de la cultura positiva. El parque debía proporcionar un ocio moralmente aceptable que propugnase la higiene física y moral del ciudadano en la misma óptica de la expresada por Olmsted. Es decir, el parque ha de servir para restaurar la salut del obrero minada por el trabjo industrial y por las deficiencias de la vivienda, de manera que como decía Olmsted la inversión sea aprovechable económicamente desde el momento que permite el reciclage de la mano de obra obrera.
El argumento higienista era utilizado ampliamente por los defensores del parque como solución a problemas sociales como la delincuencia, el alcoholismo, la insalubridad del entorno urbano, etc. Hemos de preguntarnos, sin embargo, si el uso posterior de estos parques se corresponde con estos objetivos programáticos. Es curioso que a partir de la inauguración definitiva del Mont Royal, el año 1874, este sea ocupado por la gran burguesía anglófona del oeste de la ciudad, que lo toma como uno de los centros de ocio y de relaciones sociales centrales contrastando con la idea inicial de servir para contrarestar las malas condiciones de vida de la masa obrera. El mismo año otro parque creado en la antigua propiedad militar de la Île de Sainte Hélène se convierte en el lugar de esparcimiento de la clases populares. En este sentido es curioso remarcar como incluso en la época se diferencia entre el Mont Royal, el parque del oeste anglófono y pudiente y la Île de Sainte Hélène, el parque del este y de las clases populares principalmente francófonas. De todas maneras, sería interesante confirmar a partir de la documentación de la época cual era el uso social que se hacía de los parques en el momento de su creación y lo mismo para el caso de la Ciutadella; un análisis de la documentación de la época nos ha de poder confirmar si el parque se consagró a la higiene mental i física de los ciudadanos más desfavorecidos o si por contra se convirtió en un lugar de relación de clases altas i medias de la sociedad barcelonesa.
El motor del prestigio
Sin duda se hace difícil imaginar la expansión por el interés de los parques sin el motor del prestigio. Una gran ciudad, tenía que contar para considerarse como tal con un gran parque urbano. Sin este impulso puede parecer estraño que en un momento de gran expansión urbana se dedique tanto espacio a una actividad en pricipio nada productiva. En el caso de Montréal, el Mont Royal cuesta a una adiministración municipal totalmente endeuda la astronómica cifra de 1,000.000 de dólares, destinados a un parque que finalmente serviría para el uso de las clases acomodadas anglófonas. El uso que estas clases realizan del parque y del posterior establecimiento a su alrededor de los barrios de la alta burguesía, Westmount para la anglófona y Outremont para la francófona, muestran el prestigio que el medio natural tiene para estos grupos sociales.
Las ciudades se convierten en el símbolo del poder económico de sus grupos sociales predominantes. Así las capitales de imperios o estados como Londres, Viena, París, Washington, etc. realizaran grandes esfuerzos para el embellecimiento y monumentalización de su trama urbana y se convierten en símbolos de poderio político. Las ciudades en las que el grupo dominante es una clase burguesa de negocios asumirán esta misma pretensión. Esta clase se identifica plenamente con su ciudad y promueven su embellecimiento, lo cual les aporta prestigio a ellos mismos. En este grupo de ciudades se encuentran Barcelona y Montréal. Ninguna de las dos es un centro administrativo de importancia comparable a otras urbes de su entorno, pero cuentan com una burguesía muy activa que desea modernizar su ciudad con el objetivo de mostrarla como símbolo de sus logros. La valoración positiva de la naturaleza se muestra entonces no solamente por sus dotes terapéuticas y pedagógicas para con las clases mas desfavorecidas sinó también por su valor exclusivamente estético. Olmsted defiende esta concepción puramente estética para el Mont Royal. Considera el entorno de la montaña como una obra de arte de la naturaleza que los habitantes de Montréal han de conservar en su estado original. Llega incluso a afirmar que considera más importante la conservación de los encantos naturales del entorno del Mont Royal que su uso para la recreación o la higiene pública.
Recreación y entretenimiento. Parques y jardines surgidos de la iniciativa privada
Los parques cumplen además la función de ofrecer un espacio en el que los ciudadanos puedan disfrutar su tiempo de ocio. Esta es una necesidad cada vez mas evidente para todas la clases sociales. La prueva es la aparición ya a principios del siglo XIX tanto en Barcelona como en Motréal de jardines de iniciativa privada, a semejanza de lo que acurría en las grandes ciudades de Europa, en los que en un entorno natural se ofrecen los más diversos espectáculos. En Barcelona el espacio elegido para situar estos jardines fue el Paseo de Gracia. En esta via arbolada que unía Barcelona con la Villa de Gràcia se encontraban los espacios de recreo más importantes de los Barceloneses. Estos jardines a principios de siglo se encontraban en el exterior de la muralla y en una zona en la que no era permitido edificar sin el permiso expreso de la autoridad militar. Ese fue el lugar elegido des de los años 40 por establecimientos como el criadero, Los Jardines de la Nimfa - más tarde Jardines Euterpe -, el Tívoli, la Font de Jesús, el Jardín Español, el Prado Catalán y finalmente los Campos Elíseos. En estos establecimientos se representavan obras de teatro, conciertos, bailes, etc. También en Montréal aparecen durante el siglo XIX establecimientos de características similares: entre otros el jardin botanique Guilbault y el parc Sohmer son dos ejemplos. El primer jardín perdurará en Montréal entre los años 1832 y 1869, y aunque en un principio nace como el espacio de un comerciante de plantas, Guilbault después de diversas localizaciones acabará convirtiéndolo en un espacio en el que se desarrollan todo tipo de espectáculos. El parque Sohmer, creado el año 1889, es la prueba del aumento de la demanda de parques y espacios de recreación entre la capas más populares de la población. Estaba situado junto al Saint Laurent a la altura de donde hoy se encuentra el puente Jacques Cartier. En este parque, por un precio módico y en un entorno natural se ofrecía a los visitantes música, magia, teatro, "excentricidades y anormalides", exhibiciones deportivas, etc.
La asignación del espacio
El elevado valor del suelo urbano en un momento como este de enorme crecimiento y expansión de las ciudades dificulta la creación de los parques. Los jardines de recreación privados, que por no estar en manos públicas eran en menor medida resistentes a la especulación sobre el suelo son una muestra de lo que decimos. Tanto en Barcelona como en Montréal estos jardines van retrocediendo a medida que avanza la ciudad. Lo mismo sucede en Montréal con los primeros clubes deportivos de las clases altas de la sociedad, que van trasladando su ubicación a medida que la ciudad crece y absorve para edificarlos espacios demasiado valiosos como para dedicarlos a actividades deportivas no lucrativas. Otro ejemplo de las dificultades para la creación de espacio para la recreación y la higiene en las ciudades es lo sucedido en Barcelona con el proyecto de urbanización de Cerdà. Este contemplaba en el interior de las islas que habían de conformar la cuadrícula barcelonesa toda una serie de jardines y de pequeños parques. El crecimiento imparable del eixample, el elevado valor del suelo y el aprovechamiento de los interiores de la manzanas para todo tipo de actividades económicas no relacionadas con la higiene pública impidieron que se cumpliera totalmente con el proyecto urbanizador de Cerdà, que idealmente perseguía urbanizar el campo y ruralizar la ciudad. Hoy se estan recuperando algunos de estos interiores proyectados por Cerdà, aunque la inmensa mayoría aún estan acupados por talleres, fábricas, parkings, etc.
No es de estrañar entonces que tanto en Barcelona como en Montréal tuviese una gran importancia para el establecimineto de parques urbanos el papel desarrollado por la autoridad militar. Los antiguos espacios y infraestructuras dedicados a la defensa (y al control) de Barcelona y Montréal que habían quedado desfasados ante la nuevas necesidades militares fueron en algunos casos cedidos a la ciudad para la creación en ellos de parques urbanos destinados a la recreación y higiene de los ciudadanos.
En Barcelona ya des de principios de siglo los miliatares se convierten en los ejecutores del proyecto urbano burgués. El paseo de la esplanada, situado en la esplanada que había entre la ciudadela militar y la ciudad es el primer ejemplo de la influencia militar an la creación de estos espacios. Posteriormente, entre 1815 y 1818 y por iniciativa del General Francisco Javier Castaños se crea el Jardín del General, más o menos donde se encuentra hoy el Passeig de Sant Joan. Estos espacios venían a cubrir un poco la necesidad de espacios públicos que tenían los barceloneses en los que espacirse y mostrarse en público. Con la liberación posteriormente del espacio de la ciudadela militar se presentaba la ocasión de aprovechar un espacio que en aquellos momentos se encontraba aún en manos públicas para llevar a término el programa de equipamientos públicos incluidos en el plan Cerdà de la nueva ciudad ante la dificultat arrebatar de manos privadas los espacios del resto del plan. El año 1868 con el fin de la monarquía borbónica se decreta la demolición de la Ciutadella y se decide no incorporarla al mercado de solares sinó conservarla para construir en ella un parque. En diciembre de 1969 el General Prim cede el solar a la ciudad con la condición expresa de construir en el un jardín público. Este es el inicio del que será el parque de Barcelona más importante hasta la creación del parque de Montjuic ya en el siglo XX.
En Montréal también es de importancia la cesión de terrenos militares para la creación de parques urbanos. Durante la segunda mitad del siglo XIX seran tres parques urbanos los que se creen en Montréal. Dos de ellos, el de la Île de Sainte Hélène y la Ferme Logan, hoy parque de La Fontaine son dos parques que se crean en antiguas propiedades militares. Con la marcha definitiva de la guarnición imperial en 1870 se promueve la posibilidad de convertir estos espacios en parques públicos.
Con lo dicho hasta el momento diríamos que la creación de parques urbanos no aporta ningún beneficio económico a aquellos que la promueven y a la ciudad. Dejamos de lado las teorías higienistas que ven un gran beneficio en los parques porque permiten reciclar la mano obra obrera y matener la buena salut de los contribuyentes. Los parques urbanos hemos de creer que también aportaban en algunos casos jugosos beneficios económicos, y hemos de investigar también hasta que punto tiene importancia este factor en su creación. Los parques, por una parte, a menudo se situaban en terrenos poco aprovechables para la edificación y por otro ayudan a revalorizar los terrenos situados a su alrededor. Este quizás sea el caso del Mont Royal, aunque para demostrarlo sea necesaria una investigación en profundidad. Por una lado, su orografia, en comparación con el terreno llano del resto de la isla dificulta la edificación en el, y por otro lado, vemos como las clases altas de la sociedad de Montréal, primero los anglófonos al sur en Westmount y posteriormente al norte, en outremont, los francófonos, se instalan alrededor del parque atraidos por el prestigio del lugar.
Conclusión
El estudio de los parques urbanos en concreto y de la naturaleza urbanizada en su ecepción más amplia durante el siglo XIX es muy importante para la comprensión de la ciudad decimonónica y su evolución. Este estudio ha de cubrir todas la dimensiones posibles. Los discursos ideológicos, programáticos o políticos que justifican su necesidad (como por ejemplo el higienismo reformista), su diseño formal, el proceso de asignación del espacio y de construcción, el uso real que de ellos realizan las diferentes clases sociales y su influencia sobre la morfología urbana.
El parque es uno de los puntos de partida del urbanismo moderno y surge con una carga ideológica contra la ciudad conocida. Los parques urbanos y otros espacios muestran una nueva forma de vivir la ciudad. En ellos se encuentra la naturaleza, a la que se se le ha otorgado la capacidad redentora y embellecedora la ciudad, y también en ellos se encuentran espacios dedicados a actividades de ocio como el deporte la música, etc. Los parques se convertiran en centros de relación social donde los ciudadanos van a observar, hablar a encontrarse; son espacios que entretegen la vida urbana. Son espacios que nos explicaran mucho de las ciudades en las que surgen.
1.
1 OLMSTED: "To the owners of Mount Royal" en S.B. SUTTON (ed.): Civilizing American Cities. A selection of Frederick Law Olmsted's writings on city landscapes, The MIT Press, Cambridge (Massachusetts) y Londres, 1979.
2. 





Los parques en la antiguedad,la evolucion de los jardines


Adornar la naturaleza con ayuda del arte:
   Claude Mollet(1563-1650)y su hijo Andre sientan los principios del jardin real clasico planeando grandes avenidas y canales,terrazas,bordados,grutas y pajareras.Pero es un alumno de estos,Andre Le Notre,quien con su genio triunfador en Versalles sometera a la naturaleza a la voluntad de construccion del hombre creando el jardin frances.
    Fue discipulo ademas del pintor Vuet,comenzando en Las Tullerias hacia 1649,sus invenciones en Vaux como la gran extension de agua que mira al palacio poblada de estatuas preludian ya Versalles(1662-1668) donde equilibro para Luis XIV las geometrias de masas talladas de verdura , de las superficies de agua y el ritmo monumental de las escaleras.
    Unio el afan de dominio  de la naturaleza con un sentido poetico de los elementos(surtidores de agua del Teatro) siendo el autor de la mayoria de los jardines de la epoca en Francia.
    El jardin frances de Le Notre , practicado mas o menos hasta 1750,es condenado por Dezallier D Argenville y J F Blondell, quienes exigen la bella sencillez de la naturaleza, platabandas un poco elevadas,macizos de flores, arriates de bosque, avenidas mas sinuosas y el cesped a la inglesa apuntan ya la evolucion.El uso de estatuas aun mantiene la tradicion clasica.
     El movimiento general de las ideas(Rousseau) condena el jardin frances y la anglomania pone de moda el jardin a la inglesa,llamado jardin natural.La fantasia chinesca se añade para crear " esos paises de ilusion de todos los tiempos y todos los lugares tan romanticos"
     Wattellet en sus"Observaciones de una jardineria definitiva" da una teoria ...definitiva...al jardin ingles aconsejando colocar un cementerio en los parques y granjas adornadas.
    Triunfa el Romanticismo tras la Revolucion ,la moda es hacer jardines "a la inglesa",la anglomania.Los castillos abandonados se rehabilitan en este tono.Los teoris}cos del Imperio propugnan que hay que ver en Suiza, los Pirineos o Italia para hacer un jardin romantico.Los teoricos de la Restauracion buscan los jardines a la inglesa con poca construccion,la necesidad de pintoresquismo,color y ruinas goticas.
    En epoca moderna el rigor de formas que se imponia en arquitectura se aprecia igualmente en el arte de los jardines.Es una total renovacion de estilo.El jardin ingles que habia reinado desde mediados del siglo XVIII con sus lineas contorneadas y sus desordenes ficticios para parecerse a los espectaculos de la naturaleza deja lugar a los jardines regulares que se ligan al espiritu frances del renacimiento al final del reinado de LeNotre.Los jardines,mas exiguos que los de antaño,se estudian con perspectiva reducida.Al contrario de los jardines paisajistas se construyen siguiendo trazados geometricos cualquiera sea la libertad de las siembras y de la plantacion de vegetales. Forestier tratara en ese sentido paisajes fragmentados.
      Paul y Andre Vera  se apoyan en el cubismo para hallar nuevos efectos decorativos.Este ultimo publico un manifiesto en 1913 que constituye la base de un movimiento innovador cuyos principales ejemplos se veran luego en la Exposicion de Artes Decorativas de 1925,el jardin regular sera llamado jardin clasico por oposicion al jardin romantico.El arquitecto J C Moureaux(1889-1956) que habia comenzado siguiendo la tendencia de LeCorbusier vuelve al espiritu clasico muy refinado que se manifiesta en sus creaciones de paisajista(Gobelinos).La tendencia general se orienta a composiciones en las que lo  floral se trata con mas abandono.
     Inglaterra es la patria de las ciudades-jardin (Bedford Park,Lever de Liverpool,Garden Suburb de Londres)comenzados por 1907 seran continuados en Europa y desde 1918 en EEUU, aunque ya no sean grandes parques como antaño,el gusto ingles se concentra en la decoracion exterior del "cotagge" que sigue siendo el principal elemento decorativo de la campiña inglesa ,la ausencia de cercas hace del jardin un elemento de transicion  entre el exterior y la casa.Tanto en el gran parque como en el jardin pequeño se estudian los efectos de colores contratados diseminados mediante la eleccion del verdor y de las masas florales.
Los parques en la Argentina:
    los primeros pasos para crear parques para la recreacion de las masas obreras de las ciudades los dieron los ingleses preservando los paseos reales,aunque paulatinamente los fueron abriendo al pueblo bajo estricto control.Estaban tambien orientados a recuperar la relacion campo-ciudad, el contacto con la naturaleza.
En 1842 Edwin Chadwick publica"El efecto de los paseos publicos en la moral y salud de las clases bajas"
En 1865 el Consejo de higiene y salud publica de Nueva York sigue este modelo y su consecuencia inmediata es el Central Park en el corazon mismo de la ciudad  donde  el hombre pudiera trasladarse rapidamente,olvidar sus problemas y conflictos humanos.
de esos años es la reforma de Paris y como resultado estan los Parques de Bois De Boulogne, Vincennes,Buttes chamont, y Saint Cloud.
Ante la necesidad de romper los rigidos trazados urbanos se adoptaron formas que excluyeran ejes cuadrados y otros elementos y el retorno a la naturaleza se sustento en conceptos como "el noble salvaje "de Rousseau bajo formas alejadas del rigido Versalles
En nuestro pais la raiz hispana que habia mantenido las plazas fundamentalmente secas es quebrada por Pridiliano Pueyrredon quien a su regreso de Europa realiza una activa campaña para forestar las plazas y calles de la ciudad.
Sarmiento por su inclinacion a la "civilizacion "de los paises del norte inicia la construccion de un area especifica de recreacion de la poblacion en una quinta que fuera propiedad de Rosas,es el germen de lo que sera el Parque  Tres de febrero en Capital Federal. Este hecho respondia a tratados que se encontraban en la Biblioteca de la Sociedad Rural Argentina.
Es Miguel Crisol quien lleva a Cordoba al paisajista frances charles Thays en 1890 quien se ocupara en adelanta del desarrollode los parques de la Argentina pero eso lo tratare mas adelante.